Cuantas ganas teníamos de que llegase la boda de Raquel y Abel. La ceremonia en un lugar tan mágico y bonito como es el pueblo de Frias y la fiesta en el Monasterio del Espino, un lugar del que tanto habíamos oido hablar… Y al final llegó el gran día, y todas nuestras expectativas se cumplieron. Un pueblo entero volcado con la boda y una marcha como en pocas bodas recordamos. En esta boda nos acompaño de nuevo Sergio, mil gracias por todo amigo. Y muchísimas gracias también a Alejandro Bergado, gracias a la recomendación de este gran fotógrafo y compañero pudimos realizar esta boda.
¡Un abrazote enorme pareja, nos vemos en la postboda!